«Existe un ser que vive dentro de mí como si fuese su casa, y lo es»
Clarice Lispector – Aprendizaje o el libro de los placeres
Siluetas atravesadas por una estructura vegetal silenciosa. La misma naturaleza atrapada en casas mudas y adormecidas. Casas-nido que son cuerpo, y a su vez se duplican en raíces. Pequeña proyección del orden interno, boceto de intimidad. Casas que integran lo botánico y lo genealógico, lo modelado y lo encontrado o heredado.
Posibilidad de múltiples formas infinitas, nuevos órganos que se forman desde dentro. La arcilla puede convertirse en casa, y también en árbol, rama, refugio, hueso o raíz.
Los dibujos crean el paisaje que forma el microcosmos de estas estructuras. Todo tiene contacto con todo, lo particular se ve reflejado en este rompecabezas de fragmentos enigmáticos.
Los huesos-rama son cimientos, tejido conectivo y sostén. Las piezas comparten algo que las erige y las entrelaza. Están conectadas y al mismo tiempo crean un silencio que marca el límite entre ellas.
Casas destinadas a ser habitadas. Construcciones fagocitadas que no dejan de multiplicarse.